“Se busca en la escuela, en la clase, la investigación que servirá de fundamento a la labor escolar. Luego se rectifican rumbos y se dan nuevas orientaciones. Puede haber –y habrá seguramente– errores, pero no se puede negar que hay una honradez primaria en el trabajo así realizado; y eso, sólo eso, ya es mucho.” Julio Castro
“El banco fijo y la mesa colectiva”
La propuesta pedagógica de las Escuelas de Práctica y Habilitadas de Práctica de Educación Inicial y Primaria tiene dos destinatarios fundamentales: los niños desde Nivel 5 años de Educación Inicial hasta 6° año de Educación Primaria y los estudiantes de la Carrera Magisterial de instituciones públicas y privadas.
Las finalidades de estas Escuelas responden a los niveles educativos que atienden y son:
- Educar a los escolares de acuerdo al Programa de Educación Inicial y Primaria (2008) y a los “Lineamientos, objetivos, estrategias de las Políticas Educativas de la ANEP”.
- Contribuir con los procesos formativos de los estudiantes magisteriales y, en tal sentido, tomar a su cargo orientación de la Práctica Docente de la Unidad Didáctica-Práctica Docente del Plan de Formación Magisterial 2008.
Como todas las Escuelas del país, cada Escuela del Área de Práctica concibe y desarrolla un proyecto institucional-curricular situado histórica y geográficamente, pues responde a las características de la comunidad donde tiene asiento. El mismo es construido en forma democrática y autónoma en el marco de las reglamentaciones vigentes con la participación activa de los niños, los docentes, el personal auxiliar y los padres, vecinos y amigos de la Escuela, a los que se suman los Practicantes como sujetos pedagógicos que asisten a la Escuela para aprender a enseñar.
Para ello, en las Escuelas de Práctica y Habilitadas se organizan tiempos y espacios configurando escenarios en los que Directores y Maestros orientan y evalúan las intervenciones de enseñanza de los Practicantes, a la par que se disponen a interpelar sus propias prácticas profesionales en el marco de un proceso investigativo y de producción de conocimiento didáctico orientado a la mejora.
Los colectivos docentes, asumen y se asumen en el desempeño de un doble rol que impone un alto grado de complejidad: enseñar a alumnos niños del grado que tiene a cargo y enseñar y acompañar a un/a estudiante practicante magisterial en su aprendizaje paulatino del rol y tarea de enseñar y educar.
Se sostienen vínculos fluidos con los Institutos de Formación Docente del Consejo de Formación en Educación, en tanto el Maestro Director tiene actuación en los dos escenarios: en la Escuela de Práctica como Profesor de Práctica Docente, y en el Instituto de Formación Docente (IFD) como Profesor del curso teórico de Didáctica.
Los Inspectores de Práctica también actúan como articuladores entre las instituciones de Educación Primaria y las instituciones de Formación Docente. Desde la perspectiva curricular crítica, las tareas del Maestro Inspector, del Maestro Director y del Maestro Adscriptor se definen cooperativamente en un ámbito de diálogo fecundo y como producto de la reflexión sobre la relación dialéctica teoría-práctica.
Se trata de un trabajo mancomunado que tiene como propósitos coadyuvar a la formación integral de los escolares e introducir a los futuros Maestros en los complejos, específicos y plurales ámbitos donde desarrollarán sus prácticas profesionales.
Tal y como señala Fernández March (2006), una de nuestras tareas fundamentales debiera ser el desarrollo del pensamiento reflexivo y crítico conducente a que los futuros docentes lo interioricen en y sobre su práctica. De este modo serán posibles nuevas hipótesis, desarrollo de teorías y adopción de metodologías realmente innovadoras.
Al igual que las restantes instituciones educativas de Educación Inicial y Primaria, las Escuelas de Práctica y Habilitadas tienen como norte recrear la cultura como aporte para un cambio social por el que se fortalezca la concreción de los valores humanos de solidaridad, igualdad y justicia que hacen a una sociedad democrática.