El Consejo de Educación Inicial y Primaria volvió a alcanzar un mínimo histórico en su índice de repetición en todo el país, llegando al 3,81%, es decir, un total de 9.250 alumnos de 1° a 6° año. Esta cifra, en el marco del incremento de la matrícula que hubo en 2018 después de 15 años de una tendencia sostenida a la baja, muestra la eficiencia de todos los dispositivos y programas que vienen aplicándose sistemáticamente, junto a la colaboración permanente de los maestros, como por ejemplo, la extensión del tiempo pedagógico, los maestros comunitarios, los perfiles de egreso y las evaluaciones, entre otras series de políticas enfocadas en la identificación e intervención de los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje.
Todos y cada uno de los actores vinculados a la educación de los niños: maestros, directores, padres, familias y vecinos –entre otros–, son los responsables de lograr, una vez más, un mínimo histórico en el índice de repetición. Cada uno desde su lugar, es decir, unos implementando los diferentes dispositivos y programas que existen desde hace tiempo –como por ejemplo la extensión del tiempo pedagógico, los perfiles de egreso y las evaluaciones, entre otras series de políticas enfocadas en la identificación e intervención de los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje–, y otros asumiendo el compromiso y la obligación de enviar a los niños a la escuela todos los días.
En términos estrictamente numéricos, el índice de repetición alcanzado por el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) en 2018 fue del 3,81%, siendo los alumnos de 1° año los que concentraron el porcentaje más alto con 10,54%, cifra que va disminuyendo en forma sistemática (2° año con 4,76%, 3° año con 3,37%, 4° año con 1,79%, 5° año con 1,31%) hasta alcanzar 6° año, que marcó un 0,63%.
Estos porcentajes trasladados a números de alumnos son de 233.586 niños de 1° a 6° año promovidos (96,19%), mientras que 9.250 son los que repiten. Esta última cifra, en 2009, alcanzaba a 18.104 niños, por lo tanto, en la última década se ha reducido a la mitad el número de repetidores, producto como ya se dijo de una fuerte y sostenida intervención de políticas educativas bien definidas: mejora de los aprendizajes, la expansión de la educación inicial temprana y extensión del tiempo pedagógico, con Escuelas de Tiempo Extendido y Tiempo Completo.
Ahora bien, retomando la cifra del nuevo mínimo histórico de repetición en todo el país (3,81%), vale recordar los datos de los ciclos lectivos más cercanos, como por ejemplo de 2013 a 2017, que pasó del 5,4% al 4,4% respectivamente, para luego en 2014 ser del 5,2%, en 2015 del 5,0% y en 2016 de 4,7%.
Un punto de análisis interesante para observar en los indicadores de 2018 es que, mientras la repetición escolar siguió su ritmo de caída, el CEIP incrementó su matrícula en más de 3.300 alumnos, revirtiéndose así la tendencia que venía dándose desde hace 15 años (2003) con la pérdida de alumnos ingresados al sistema educativo.
Son diversas las variantes que pueden analizarse con más profundidad para entender el incremento de la matrícula en 2018 (que alcanzó los 339.693 alumnos), pero básicamente podemos decir que se concentran en tres aspectos: la apertura de la escuela pública a todos los movimientos inmigratorios que vienen generándose en el país, el importante número de alumnos que se trasladan del sector educativo privado al público y, finalmente, el aumento en la escolarización temprana de los niños de 3 años de edad, que en cifras generales se duplicó en los últimos seis años: el CEIP pasó de tener en 2013 cerca de 7.000 niños de 3 años de edad a tener en 2018 a alrededor de 14.000.
Sin duda este aumento de la matrícula es una excelente noticia para la educación pública, dado que como se dijo logra revertir la tendencia de los últimos 15 años, pero al mismo tiempo plantea nuevos desafíos y oportunidades que habrá que diseñar entre todos, porque la escuela pública es un lugar que se construye entre todos, como entre todos se alcanzó un nuevo mínimo histórico en el índice de repetición en Primaria.
PRENSA PRIMARIA