La escuela N°99 Irma Aiçaguer Ciganda de Bonino, situada en el kilómetro 159,500 de la ruta 15, de Arrozal Bonino (departamento de Rocha), cumplió medio siglo de vida y lo celebró con una fiesta con chamarrita y una comida típica de la zona.
La escuela lleva el nombre de su fundadora, la esposa de Luis Bonino, ex propietario de Bonino Hermanos, una empresa arrocera y ganadera de Rocha. Desde entonces, el centro educativo -a 135 kilómetros de la capital departamental, Rocha- se ha nutrido de niños que son hijos de los trabajadores de la empresa rural.
Este 2023 cuenta con siete alumnos: dos en Educación Inicial 3, dos en Inicial 4, uno en Inicial 5 y dos en 2° grado. Es una escuela unidocente: María Suárez oficia de maestra de todos y directora del centro educativo.
El aniversario 50 fue el pasado 12 de marzo, pero la escuela decidió celebrarlo el viernes 28 de abril. Hubo un acto protocolar, con participación de los alumnos, y luego actuó el cantautor rochense Ricardo Fernández Mas, quien interpretó una chamarrita de su autoría, escrita en honor a la escuela. Luego actuó el grupo de danzas de la Sociedad Nativista de Lascano y finalmente tocó la Banda Municipal de Lascano.
La jornada festiva culminó con una degustación de una comida típica de la zona: arroz a la india muerta, elaborado por el Rotary Club de Rocha. “Es un arroz que lleva varios tipos de carne: de pollo, de vaca, de cerdo, con carne picada y carne entera, arvejas, choclos y panceta, muy picante. Es como un guiso, pero un plato bien de acá”, dijo la única maestra.
Suárez, también directora, explicó la sinergia que tiene la escuela con la empresa privada de los Bonino: “La escuela está dentro de un predio privado, dentro de la arrocera Bonino Hermanos. La empresa se encarga del mantenimiento del local escolar, la auxiliar es contratada por la empresa también, aunque Primaria (DGEIP) se encarga del comedor”, dijo.
La particularidad es que, al día de hoy, los siete escolares son hijos de trabajadores de la empresa arrocera, y en menor medida, ganadera. Los niños van a la escuela a pie o en bicicleta, o como Emilia (de 2° grado), que hace un tramo del recorrido a caballo, para salir de una casita muchas veces rodeada por un lodazal, para luego retomar el camino en un auto manejado por sus padres y que sale de la estancia ganadera de los Bonino.
María Suárez, la única docente, ha llevado “con altibajos” las vicisitudes de la transformación educativa en la escuela rural. Si bien le ha costado la planificación y la búsqueda de contenidos, reconoce en el trabajo por competencias una fortaleza, porque ella ya lo venía poniendo en práctica con sus siete alumnos.
Además, se apoya en el Plan Ceibal: los estudiantes de 2° grado tienen laptops, y ella trabaja con la plataforma Crea.
Había suficientes motivos para celebrar el primer medio siglo de la escuela. “Fue una fiesta emotiva y muy familiar. Acá se ha formado un pueblito alrededor de la escuela, y todos los pobladores tienen algo que ver con la empresa de los Bonino. Irma ya no está con nosotros, pero a la fiesta vinieron hijos, nietos, bisnietos y hasta sobrinos de Durazno y Rivera”, contó la maestra y directora.
También estuvieron presentes la inspectora regional Elsa Irigoyen y la inspectora departamental de Rocha, Ana Celia Le Pera, en representación de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria.
Fotografías: Elisa Rivero